Quien iba a decirles a Raúl Soto Santana, Jorge Gelabert Pérez (ambos fallecidos) y a mí, que este medio de comunicación masiva como lo es sin duda Cova Céltiga, llegaría al cumpleaños treinta de fundarse en La Habana, Cuba.
Recuerdo como si estuviera viviendo con estos grandes amigos la edición del primer número del que fuera Boletín de una sola cuartilla, e incrementándose durante el tiempo hasta llegar a doce con atractivo diseño y depurada escritura.
Esa tarde del 15 de noviembre de 1993 después de un extraordinario encuentro dimos a conocer el objetivo y necesidad de los gallegos en lo particular e hispanos en lo general de Cuba, así como descendientes contaran con un medio que reflejara lo noble y bueno realizado por nuestra Colonia asentada en la mayor de las Antillas.
Conocíamos las efímeras existencia de boletines y revistas como ‘Follas Novas’, ‘A Gaita gallega’, ‘Vida Gallega’ y ‘Cultura Hispánica’. Por ello, enorgullece que la invencible Cova Céltiga haya convertido en la de más larga existencia de las de su tipo en Cuba.
Innumerables obstáculos y vayas hubo que saltar. Las incomprensiones y en muchos casos la mala fe, que jamás entendimos, dio la fuerza necesaria para defender a toda costa nuestro proyecto pensado en el bien y para bien de nuestras gentes incluyendo los llamados criollos sin ascendencia hispana.
Valiosas colaboraciones recibimos de grandes figuras de las letras que desearon dejar su huella en las páginas de Cova Céltiga como Xosé Neira Vilas, periodista, escritor y Dr. Honoris Causa de la universidad de La Habana. El periodista, escritor y editor Olegario Sotelo Blanco y su fundación, también Carlos Loureiro, Catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, el escritor Federico Pumar de la Iglesia, así como el Dr. Vicente Peña Saavedra, primer coordinador científico del Museo Pedagóxico de Galicia (MUPEGA) quien expresara y cito:
No es frecuente que una publicación periódica (boletín o revista) editada en la Galicia Exterior alcance una duración de tres décadas ininterrumpidas. ‘En el caso de Cuba, al margen de las Memorias corporativas – y más bien muy pocas –.
La revista Galicia (1902-1930). Tampoco su emblemática predecesora El Eco de Galicia (1878-1902) de Waldo. Solo una cabecera se aproximó a esa permanencia continuada, sin conseguir culminarla. Álvarez Insua, que tanta reputación e influencia tuvo en su tiempo, frisó esa meta en su accidentado y discontinuo recorrido.’ Por lo que solo Cova Céltiga posee el mérito simbólico de la permanencia en un extenso intervalo de seis lustros sin suspensión. Felipe Cid Domínguez, fundador, director, realizador, artífice y factótum de la publicación fue capaz de mantenerla activa y dinámica a lo largo de tanto tempo, primero como producción impresa y luego ya exclusivamente digital, al compás de las circunstancias, desafíos y apremios de cada momento. –fin de la cita.
Agradezco además las colaboraciones del Dr. Manuel Barros del Valle, corresponsal del periódico España Exterior; Julio R. Santamarina López, presidente de la Federación de Sociedades Españolas de Cuba; Sergio M. Toledo Bueno, presidente de la Federación de Sociedades Gallegas de Cuba y Delegado de la Xunta de Galicia en la isla; Rolando J. Pérez Gallego, ex presidente del Centro Gallego de Miami; Enrique Repiso, ex tesorero, Sonia Guerra Rivero y Reinaldo Duarte González, tesorero, secretaria y económico respectivamente de la Sociedad Cultural Rosalía de Castro de La Habana y otros a los que emitimos nuestras más sinceras gracias.
Es muy difícil escribir de uno mismo, pero llegó el momento de hacer público que por el abnegado trabajo en bien y para bien de la Colonia Hispana de Cuba, con honor recibí el reconocimiento Miguel de Cervantes Saavedra máximo galardón otorgado por la Federación de Sociedades Españolas de Cuba en el año 2006. La Cova Céltiga lo recibe en 2014.
Inolvidable fue recibir el título de cofrade de la Enxebre Orde da Vieira en la esfera de las comunicaciones en su Capitulo Extraordinario celebrado en la capital de todos los cubanos sin excepción, La Habana en el año 2017.
En estos treinta años muchos han sido los reconocimientos de los asiduos lectores de la revista Cova Céltiga, entre ellos, presidentes y directivos de la Colonia Hispana de Cuba a los que agradezco los diplomas recibidos por y para la Cova Céltiga.
En realidad, lo más valioso ha sido llegar con mensajes claros de aliento y respeto en la sección Paisano y en toda la variedad de artículos publicados durante tres décadas. Parece fácil, pero no lo fue ni es.
Antes de terminar quisiera nuevamente expresar el infinito agradecimiento a los amigos Soto Santana y Gelabert Pérez por ser los primeros en creer en este proyecto y colaborar con amor y sabiduría hasta que dejan de existir físicamente, ratificando nuestra declaración de amor eterno para con la Cova Céltiga de La Habana, Cuba.
Felipe Cid