Este xoves inaugurouse en León na sala de exposicións Ateneo Cultural el Albéitar ( dependente da Universidade de León ) a mostra “SEICA” do artista carballiñes Xesús Carballido
EXPOSICIÓN “SEICA”, DE XESÚS CARBALLIDO
“El arte de Xesús Carballido es un arte objetual, realizado en su mayor parte con objetos encontrados que esperan ese gesto del artista para ocupar un lugar, como si de teselas de un mosaico se trataran, en la obra que está emergiendo paso a paso. Son varios los referentes que el artista tiene en el mundo de la creación artística. Se entenderá que para él la figura de Marcel Duchamp y de los dadaistas ocupa un lugar central en su modo de entender la obra como un ente que nace por voluntad del autor pero en la que el azar puede llegar a tener un protagonismo de primer orden.
El magisterio de Kurt Schwitters planea sin duda sobre alguno de los cuidados ensamblajes y cajas de múltiples materiales y texturas. La figura de Eugenio Granell es quien lo conecta con la estética del surrealismo.
También interesan mucho a Xesús Carballido las propuestas artísticas y sociales de Joseph Beuys. Y por último, para abordar cabalmente su obra debemos tener muy presente a Paul Klee en su búsqueda de un diseño limpio y sofisticado en el que pesa tanto el proceso compositivo como el resultado final.
Como otras anteriores suyas, la exposición lleva por título SEICA, adverbio que significa quizá, tal vez. En el caso de Xesús Carballido la palabra no expresa tanto una duda o la inseguridad del artista cuanto una búsqueda, un proceso de investigación artística que abarca formas, materiales y texturas. El artista ha ordenado la muestra sin recurrir al orden cronológico y eso creo que dice mucho de su manera de concebir el arte.
No se trata el suyo de un planteamiento teleológico, que persiga como fin último de una obra de arte plasmar una idea o un conjunto de ideas. No es así ni en términos formales, ni tampoco expresivos o simbólicos. Por eso carecía de sentido ordenar la retrospectiva por etapas o tratar de establecer en ella líneas de evolución a lo largo del tiempo. Es cierto que se aprecian algunos cambios sutiles entre las obras de última hora y las de la década de los noventa. Por ejemplo, el tono general es más claro, más luminoso y los colores más cálidos. También la composición ha perdido un tanto su densidad de las primeras creacións y aquel horror al vacío ha dado paso a pezas más livianas con algunos espacios que las dejan respirar al tiempo que suponen un descanso para la vista y la mente del espectador. Pero en general, las formas y materiales de hace treinta años siguen estando ahí, en una búsqueda en la que cabe lo azaroso y lo ambiguo, y que por tanto no está necesariamente guiada por un objetivo previsto por el autor. Se podría decir que el artista trabaja con tenacidad desde hace tres décadas en una misma obra, alumbrando algunas de sus infinitas posibilidades en un juego que no tendrá fin.” (Carlos Fernández, Licenciado en Historia da Arte)
Traxectoria de Xesús Carballido ( Fonte: Afundación )
Comezou a expoñer individualmente en 1992, en Noia, A Coruña, e fíxoo en case todas as cidades e vilas importantes de Galicia. Colectivamente apareceu na terceira Mostra Unión Fenosa de 1993, e posteriormente a súa obra estivo presente en mostras de Ourense, A Coruña, A Mancha, Madrid, e en Francia e Santiago de Cuba. Está representado no Museo Unión Fenosa da Coruña, na Fundación Granell de Compostela e noutras coleccións de Galicia e Cuba.
A arte de Carballido é absolutamente peculiar, inconfundible. Partindo de evocacións de obxectos, gravados, xoguetes adminículos dun pasado entre remoto e próximo, recrea estampas, deseños, postais, coma se todo estivese envellecido, amarillecido polo paso do tempo. Participa da “colaxe”, do “pop” e non pouco do surrealismo, porque ao fin é tanto ou máis onírico que recreador do real.
A pátina que o po crea sobre o abandonado parece apropiarse da obra deste artista estraño, ás veces tamén próximo aos modos do constructivismo de Torres García en canto á composición de “quebracabezas”. Ocres e sepias, cartolinas abarquiñadas, obxectos de ortopedia e publicidade do pasado, que encantarían ao barroquismo Gómez da Serna, o galego simplifícaos, reducíndoos a perfís, a liñas concisas, a meras siluetas rexistradas en táboas perforadas, carcomidas, emerxendo de caixas de madeiras aromáticas que perderon xa o seu aroma. Constrúe, a modo de retablillos, ámbitos imposibles de referenciar concretamente e que, con todo, todos temos na memoria, porque cremos velos non lonxe da nosa contorna cotiá.
Esa actitude levou a Carballido á escultura, ou máis ben ao obxecto corpóreo, en composicións complexas que acumulan sabiamente, aínda que con aparencia de despreocupación, os obxectos máis varios, desde tipos de imprenta a cunchas mariñas, ferros forxados, restos de xoias, etiquetas de produtos comerciais e mil cachivaches máis.
O seu barroquismo irrenunciable é, ás veces, secuela de cubismo razonante, xeométrico e cabal, ou debuxo infantilizado que eleva a transcendente e preocupante. Ou simplemente, combina caixas e pequenos estoxos metálicos onde aparece aínda, desvaída, a imaxe que lles serviu de atractivo en data indeterminable.
Inventario de rarezas, recuperado faiado da memoria, populismo intelectualizado. A capacidade creadora de Carballido é inmensa a partir do reto que para el supón todo ese mundo de refugallo e almoneda que tan hábilmente manexa.