Ayer se celebró una reunión del Consello Social de la Universidad de Vigo. Se trataba de la reunión a la que en julio apeló el rectorado de la Universidad de Vigo para desbloquear la tramitación del Máster de Ingeniería Aeronáutica en su formato interuniversitario. Según nuestras informaciones, lo escuchado ayer en Consello Social sobre este asunto indica que no se ha producido ningún avance en un proceso de negociación viciado desde el principio de una total falta de entendimiento entre las Universidades de Vigo y A Coruña. Se corroboran así nuestros peores presagios, cuando ya en julio no le otorgamos ningún valor a la moratoria del mes de septiembre. Se corroboran también las informaciones que recibimos de la Escuela de Aeronáutica, que indican que el diálogo con la Escuela de Caminos es absolutamente nulo desde hace mucho tiempo.
Pero la situación actual no se restringe a esta falta de entendimiento endémica que encarna la vía interuniversitaria. El problema es más profundo porque, ante la situación de parálisis, la alternativa oficial es la nada, el encefalograma plano. Ciertamente, de lo que dijo ayer el rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, se desprende que la actitud de quienes por su cargo tienen la responsabilidad de resolver este problema es algo así como que está pasando algo que no queremos que ocurra pero cualquier solución alternativa es imposible.
Nosotros tenemos claro que los problemas no se resuelven con disertaciones monologuísticas sobre la imposibilidad de sus posibles soluciones. Recapitulemos. La Xunta de Galicia emitió a finales de 2019 un informe en el que expresaba la idoneidad de una fórmula interuniversitaria para el máster. A partir de ahí, nada impide que, a la vista de la inoperanacia de dos años, se emita un informe nuevo que revoque el anterior y abra una vía para poder ofertarle al alumnado de la tercera promoción del Grado en Ingeniería Aeroespacial un máster exclusivo en la única Escuela de Aeronáutica de Galicia. Esta vía exclusiva tiene la ventaja con respecto de la interuniversitaria de que cuenta con todas las memorias listas desde el verano de 2019, cuando fueron aprobadas por el Consello de Goberno y el Consello Social de la Universidad de Vigo. Repetimos, mientras nadie haga alguna aportación realmente valiosa al respecto por la que ya no se espera, la vía exclusiva es la única solución en estos momentos para que el título llegue a tiempo la próxima primavera para la tercera promoción de egresados del Grado en Ingeniería Aeroespacial.
La pelota está en el tejado de la Xunta de Galicia, que tendría que emitir un nuevo informe para continuar la tramitación del máster exclusivo. La dificultad de ese nuevo informe mediante el que la Xunta de Galicia autorizaría a la Universidad de Vigo a iniciar el proceso de verificación del título es, desde un punto de vista administrativo, nula. Lo difícil es, por lo que se ve, tomar una decisión política responsable y valiente para desbloquear un asunto que es cada vez más humillante. En relación a esto, hay que señalar que ayer no se vio a Manuel Reigosa por la labor de tratar de convencer a la Xunta de explorar la solución efectiva y esperanzadora del máster exclusivo, sino que más bien se dedicó a esbozar excusas ridículas para salvaguardar una posición de un Ejecutivo Autonómico que es a estas alturas indefendible. Así no se defienden los mejores intereses de la institución que uno dirije.
Nosotros sí vamos a tratar de convencer a ese Ejecutivo de la Xunta de Galicia de la necesidad de facilitar el máster exclusivo como única solución realista en estos momentos. No se trata ya de exponer los argumentos ya expuestos y repetidos hasta la saciedad. Se trata de explorar soluciones prácticas, en lugar de invocar milagros como el que de pronto surja el entendimiento en una negociación que no ha permitido avanzar absolutamente nada durante dos años. Se trata, al fin y al cabo, de que cada uno ejerza la responsabilidad política y social que le corresponde.
