Continuando con aquellas tradiciones que se fueron perdiendo, hoy trataremos el tema de Los Reclinatorios en nuestra antigua iglesia parroquial. Recordemos que, como otras veces, nos referiremos a situaciones que se dieron, quizás, aproximadamente, de 1920-30 hasta bien entrada la década de 1970…
En nuestra anterior iglesia parroquial, en su parte central, en su día, no se instalaron bancos corridos como los actuales, sino que ese espacio se reservó para que fuese ocupado por Reclinatorios destinados a personas o familias de cierto abolengo. Supongo que la colocación de estos- los Reclinatorios- debía ser autorizada por el párroco que regentase la Parroquia en aquellos momentos.
Al menos en la década 1940- 1950, existía la costumbre de asistir diariamente a alguna de las misas que se oficiaban a las 8 y 9 de la mañana y, luego, por la tarde-noche, también, a los rosarios y novenas correspondientes. La palabra “ Novena”, era la mas usada, al querer referirse a los cultos de la tarde-noche pues , siempre, se decía por ejemplo :”vais ir a “, fuches a ” ”,ves da “ “ non te vin na “, finalizando esos pequeños giros con la palabra “ Novena”.
Los oficios religiosos se anunciaban normalmente con toques de campana, separadas entre sí 10 o 15 minutos: el primero, (varias campanadas y al final una sola aislada), el segundo toque (similar al primero pero se remataba con dos campanadas aisladas) y la entrada solamente tres toques solitarios, separados unos segundos entre si . A partir de dar la entrada con la campana mayor, algo espaciados, salía el sacerdote de la sacristía y comenzaba la misa o la novena.
Los Reclinatorios ( véase fotos adjuntas) tenían una especie de delgado colchón, tapizado, en el cual se apoyaban las rodillas del dueño del mismo y a la altura del pecho una tabla rectangular, muy bien pintada y barnizada donde se apoyaban los antebrazos o los codos. Algunos Reclinatorios tenían como complemento adosado, una sencilla tambien barnizada que al abatirla podía colocarse en posición horizontal, para que el feligrés, si se encontraba cansado o le correspondía realizarlo, de acuerdo con las normas del acto que se estaba celebrando se sentaba.
Una de las características fundamentales de Los Reclinatorios, era que en su parte superior, mediante unas pequeñas mostacillas o tachuelas doradas estaba escrito el nombre de a quien pertenecía, por ejemplo Daria Baca…
En aquella época el asistir a misa los domingos y fiestas de guardar, además de una obligación de los católicos, era también, quizás ahora no lo es tanto, un acto social al que uno no debía de faltar sino ( más o menos implícitamente) la sociedad te marcaba, cuchicheando sobre las personas ausentes de esos actos religiosos. Como es obvio, hoy, afortunadamente, aquí en España, se admiten y respetan las creencias de cada cual y los cambios que pueden que podemos experimentar a lo largo de nuestra vida
En la antigua Iglesia Parroquial, Los Reclinatorios ocupaban la parte central de la nave, la anterior al pulpito. Actualmente, esa zona está destinada a bancos corridos ( véase foto adjunta) con lo cual, cualquier persona, independiente de su poder economico puede arrodillarse o sentarse en el banco que mas le apetezca.
- Lector, desde mi subjetividad, no crees que, en aquellos años, 1940 a 1950, aproximadamente, los dueños de Los Reclinatorios, salvando las distancias, representaban, también, la Curia de nuestras parroquias.
Juan Lois Mosquera
Sonata del Rosario nº1 en re menor “La Anunciación” – Heinrich Ignaz Franz von Biber
Curriculum de Juan Lois Mosquera :
Nacido en 1942-Bachillerato por libre en Colegio Isabel La Católica. Preuniversitario Instituto Otero Pedrayo de Ourense. Estudios de Perito Industrial Electricidad en Vigo ( los actuales Ingenieros Técnicos). Actividad profesional en la multinacional Siemens-Vigo (30 años) y Redcom – Vigo (Empresa de Telecomunicaciones). Desde su jubilación en el año 2.001,reside en O Carballiño.
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